Una problemática en los colegios
En algunos países el bullying se ha convertido en la principal causa de suicidio infantil y adolescente. El bullying puede definirse como una conducta de acoso o intimidación en el contexto escolar, que implica una asimetría de poder, ya sea de fuerza, edad o número de personas que apoyan al agresor. Estos comportamientos pueden expresarse a través de tres vías: física, psicológica o como ciberbullying, es decir, utilizando los recursos que entrega internet para atacar a la víctima.
En los últimos años las agresiones se han vuelto cada vez más extensas y sofisticadas. Estos niños empiezan con una escala de violencia y siempre están buscando maneras más complejas de agredir. Aunque el bullying propiamente tal comienza alrededor de los 6 años y tiene su “peak” entre los 6 y10, en los niños de 2, 3 y 4 años, es posible detectar ciertas conductas infantiles que podrían derivar posteriormente en bullying. Tanto los padres como los profesores, deben asumir las responsabilidades en torno al tema, para lo cual la buena comunicación desde temprana edad con los menores y la preparación para enfrentar coordinadamente el problema parece ser una de las claves para obtener buenos resultados. Es claro destacar cinco conceptos (acoger, respetar, escuchar, querer y confiar) para entregar a los jóvenes, y así lograr que estos no se sientan solos y empiecen a confiar en sus padres y profesores.
Según la Primera Encuesta Nacional de violencia en el ámbito escolar, realizada en septiembre de 2005, 44% de los alumnos admitió haber sido violentado con agresiones psicológicas (42.6%) y físicas (29.7%). El mismo estudio señaló que el 90% de los estudiantes y profesores percibe que el clima escolar está deteriorado; cifras no menores si se considera que el bullying es un fenómeno presente en todos los sectores sociales. Existen diferentes condiciones que pueden generar niños agresivos, aunque no necesariamente provengan de una familia agresiva. Hay padres muy sobreprotectores, cuyos hijos también se vuelven violentos. Para poner freno al bullying, muchos especialistas concuerdan en que es fundamental hablar del tema, y el primer paso para ello es establecer puentes de confianza con los niños, ya que este problema suele permanecer oculto, generalmente por el temor de los niños o niñas a sufrir represalias. Es indispensable que los colegios adopten medidas que actúen como un escudo protector ante el bullying. Para ello es necesario realizar intervenciones a nivel de todo el establecimiento, tanto en las salas de clases como en el ámbito individual. La prevención debe realizarse desde los 6 o 7 años y no esperar que los hechos se produzcan para tomar medidas, comenzando en la época preescolar.
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